Casa Llena

Jackie Robinson, el jugador que cambió la historia

“Espero que las personas finalmente se den cuenta de que solo hay una raza - la raza humana - y que todos somos miembros de ella"

Margaret Atwood

El pasado viernes 15 de abril se cumplieron 75 años del debut profesional de Jackie Robinson en las Ligas Mayores. Aquel día, su partricipación fue un escándalo y su presencia en el campo de juego altamente reprobada por un importante número de aficionados e incluso compañeros de profesión. Es más, en muchos hogares del vecino país del norte lo acontecido trajo consigo la creación de una importante legión de detractores del pasatiempo norteamericano por la “atrocidad cometida”. Esa primera vez, que representó enfrentar atabismos y desafiar viejas costumbres, por decirlo en forma coloquial, abrió una puerta hasta entonces cerrada y desconocida no solo para la comunidad afroamericana de los Estados Unidos, sino para un enorme procentaje de la sociedad norteamericana que vivía y practicaba cómoda y cínicamente una serie de convencionalismos sociales en los que la discriminación por el color de piel, la marginación, el odio y la sobreexplotación estaban presentes.

Es por esa razón que lo acontecido hace ya tres cuartos de siglo, fue tan importante e histórico. De hecho, ningún beisbolista profesional ha tenido tanto impacto y repercusión más allá de los diamantes y los libros de récords que el valiente y decidido Robinson. En la primavera de 1947 había otros beisbolistas afroamericanos más notorios, destacados y talentosos que el oriundo del estado de Gerogia, jugadores con mayores blasones y experiencia, jugadores admirados y reconocidos como las grandes estrellas de las llamadas “Ligas Negras” que bien pudieron haber sido seleccionados por cualquier equipo profesional de la MLB, sin embargo, ninguno de ellos pese a su calidad de juego, demostró tener las agallas y la fortaleza de espiritu que desbordaba el número 42 de los Dodgers de Brooklyn, pues indiscutiblemente fue su carácter lo que le permitió emprender el reto y romper esa barrera social de la mano del otro gran artifice del cambio, el gerente general y prominente ejecutivo de ese equipo de la Ciudad de Nueva York que tenía como sede el parque Ebbets y que hoy en díaes miembro del Salón de la Fama del béisbol por sus contribuciones la juego Branch Rickey.

Hasta antes de que iniciara jugando la primera base y bateando como segundo en el orden al bat de su equipo aquel histórico 15 de abril que cambió y para bien el devenir del béisbol profesional, solo dos deportistas afroamericanos habían podido coexistir y triunfar en el mundo de los anglosajones de tez blanca: el boxeador Joe Lewis y el multimedallista olímpico en Berlín 1936 Jesse Owens, ambos grandes y reconocidos atletas que disfrutaron de fama y notoriedad, pero que no tuvieron la trascendencia social, ni el impacto que generó en el colectivo la presencia de Robinson día a día en los campos de pelota.

Así como era necesario encontrar un hombre con el carácter y temple de Jackie Robinson, también así de importantes fueron sus antecedentes y la preparación que permitió que vistiera el uniforme de los Dodgers en un juego de temporada regular. Jackie venía precedido de una existosa carrera deportiva en la Universidad de UCLA, además de haber servido a su país como miembro del ejército norteamericano en la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra se había convertido en jugador de los Monarcas de Kansas City de las Ligas Negras, y fue ahí que Branch Rickey lo contrató para los Dodgers de Brooklyn. Aquella decisión, fue la primera de una serie de pasos ciudadosamente pleaneados para concretar su debut en Ligas Mayores y que incluyeron llevarlo a la sucursal del equipo denominada Montreal Royals en Canadá, mientras se realizaban las negociaciones con el comisionado de béisbol Happy Chandler para permitir su debut en la MLB. Nadie cuestionó la decisión de los Dodgers de realizar la pretemporada del equipo en el año de 1947 en La Habana, Cuba, pero esa decisión y distancia permitió a Branch Rickey lograr la integración de Robinson al primer equipo y a la par dirimir las tenesiones y el malestar de varios de sus compañeros de equipo por su contratación y presencia en el primer equipo.

La llegada de Jackie Robinson a las Ligas Mayores no solamente significó un avance en materia de derechos civiles y en los temas de equidad e inclusión para los Estados Unidos, también representó comercialmente para los dueños del negocio una importante decisión empresarial con la que combatieron la ya molesta injerencia del empresario mexicano Jorge Pasquel en el béisbol norteamericano, pues el veracruzano ya se había impuesto la tarea de competir con las Ligas Mayores y en cierta medida lo había logrado gracias a la existencia de las políticas de discriminación racial que marginaban la presencia de talentosos beisbolistas, pero también en buena medida como consecuencia de los jugosos contratos y mejores condiciones de vida que brindó tanto a peloteros cubanos y norteamercanos sin importar el color de su piel y que vinieron en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado a México no sólo a triunfar, sino a hacer época.

Robinson también tuvo una carrera llena de logros deportivos que incluyen el haber obtenido el premio al novato del año de la temporada 1947, el haber sido designado el Jugador más valioso (MVP) de la Liga Nacional en 1949, el haber sido el primer jugador afroamericano en participar un un Juego de Estrellas también en 1949 en compañía de sus compañeros de equipo Don Newcome y Roy Campanella representando a la Liga Nacional y enfrentando al también beisbolista afroamericano de los Indios de Cleveland, Larry Doby, que participó por la Liga Americana, así como el haber conseguido un anillo de Serie de Mundial en 1955; en aquella Serie Mundial donde le robó el home a la estelar bateria de los Yankees que conformaban Whitey Ford y Yogi Berra, una Serie Mundial en la que finalmente los de Brooklyn se impusieron a los del Bronx en siete dramáticos y emocionantes encuentros, así como haber sido investido al Salón de la Fama de Cooperstown en 1962 tras una meritoria y distinguida carrera deportiva cinco años después de su retiro de los diamantes.

Sin embargo, el romper la barrera de la discriminación y odio que reinaba en una importante parte de la sociedad norteamericana y en el deporte profesionalque practicaba yel haberlo hecho pese a la adversidad e inconformidad de muchos, definitivamente constituye sumayor legado tanto al deporte profesional norteamericano, como a la sociedad misma de los Estados Unidos; tan es así, que no obstante el paso del tiempo es inegable su presencia en la cultura popular norteamericana y para muestra les comparto algunos de los hechos y circunstancias que engrandecen y exaltan hasta el día de hoy su figura y que van desde haber sido objeto de una canción que tuvo enorme fama y popularidad en 1949 “Did you see Jackie Robinson hit that ball” y que llevo a los primeros lugares Buddy Johnson, hasta el trascendental hecho de integrarse en forma activa y permanente en los comités pro derechos civiles que encabezó el Dr. Martin Luther King al iniciar la década de los años sesenta, además de participar en forma activa y permanente en las protestas civiles callejeras que buscaron poner fin a la discriminación racial que todavía se dejaba sentir en parte del territorio de su país. Otro de sus logros fue haberse convertido en 1982 en forma póstuma en el primer beisbolista profesional de los Estados Unidos en ser honrado y reconocido con una estampilla postal y dos años más tarde recibir su viuda y descenientes también de manera póstuma la Medalla Presidencial Libertad de manos del republicano Ronald Reagan, un reconocimiento que constituye el más alto honor y distinción que pueda recibir un civil en nuestro vecino país del norte por sus contribuciones al engrandecimiento de los Estados Unidos.

Antes de culminar el siglo y también el milenio,una vez más Robinson fue objeto de diversos reconocimientos. Las Grandes Ligas en 1997 determinaron retirar de los 30 equipos que la conforman el número 42 que portó para los Dodgers, curiosamente el último jugador profesional que utilizó ese número en la MLB fue el pitcher cerrador y también miembro del Salaón de la Fama del Béisbol el panameño Mariano Rivera. Un par de años más tarde (1999) las Ligas Mayores lo designaron como uno de los contados jugadores que integran el denominado equipo del siglo y ese mismo año la revista Life que lo incluyó en su lista de personas más influyentes en el siglo XX.

Ya en el presente siglo una nueva generación de jugadores y aficionados reconoce cada 15 de abril la vida y carrera de Jackie Robinson con la realización de 15 encuentros que forman parte de la temporada regular y con los que la MLB distingue y procura honrar su carrera y en los que desde 2009 la totalidad de los jugadores, managers y coaches que participan en ellos utilizan el mítico número 42 que paradójicamente nadie más puede utilizar en forma regular en el mejor béisbol del mundo. ¡Larga vida a Jackie Robinson una leyenda del béisbol!

CÍRCULO DE ESPERA

Este inició de campaña se dejó sentir y con fuerza otra de las positivas repercusiones que generó la presencia y participación deJackie Robinson en el béisbol profesional de los Estados Unidos, la necesaria aceptación e inclusión del talento proveniente de otros países. Es un hecho que el llamado pasatiempo norteamericano se internacionalizó y globalizó hasta llegar a los impactantes y sorprendentes números de talento migrante que hoy en día registra la MLB, pues de los 840 peloteros que conformaron la nómina de los 30 equipos el primer día de la campaña regular, 273 son extranjeros que provienen de 21 diferentes países del orbe. Ahora más que nunca llamar Serie Mundial al enfrentamiento que cada mes de octubre permite establecer al campeón de las Ligas Mayores tiene más sentido y aplicación exacta y literal de las palabras.

Finalmente voy a destacar dos importantes acontecimientos que se produjeron intempestivamente en los primeros días de la campaña regular. El primero y además histórico, la participación por vez primera de una mujer en un juego oficial de las Grandes Ligas, ya que el pasado martes 12 de abril fungió como coach de primera base de los Gigantes de San Francisco, Alyssa Nakken, en la victoria de su equipo sobre los Padres de San Diego. Nunca antes en la prolífica historia de la MLB una mujer había participado en el campo de juego en un encuentro de temporada regular. Se trata de una efeméride deportiva que nos confirma los tiempos de cambio y transformación en que vivimos y donde valores como el respeto y la inclusión por fortuna están presentes.

El otro, un hecho lamentable y penoso a ese nivel profesional y de tanta exigencia quetuvo lugar en el juego matutino celebrado el pasado miércoles 13 de abril en Minnesota; Clayton Kershaw el abridor de los visitantes Dodgers de Los Ángeles estaba lanzado un juego perfecto hasta la séptima entrada, acumulando trece ponches con tan solo 80 lanzamientos al plato, pero en forma por demás inexplicable y absurda su manager Dave Roberts lo retiró del juego impidiéndole continuar en pos de la máxima hazaña para un lanzador. Hace muy poco les comentaba del lastre que significa para un gran equipo como Dodgers tener un manager tan deficiente y mediocre como el que los dirige, pero lo que hizo Roberts en Minnesota va más allá de la incapacidad, negligencia o torpeza, es francamente de inhabilitación o cárcel. Quién actúa así, no entiende el juego y no merece formar parte de él.

casallena@live.com.mx