Casa Llena

El Salón de la Fama del Beisbol

Antonio Canseco

“Me interesa el futuro, porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”

Woody Allen

El pasado domingo fuimos testigos de la ceremonía de inducción de un nuevo grupo de jugadores al Salón de la Fama del Béisbol, destacando especialmente la llegada en su primera oportunidad a esa selecta fraternidad de inmortales del dominicano David Ortíz,un bateador temido y admirado, que hizo época y que a pesar de no jugar a la defensiva siempre deberá de ser considerado como uno de los más grandes referentes de los Medias Rojas de Boston. Antes de detallar lo ocurrido y conocer un poco más de las trayectorias de los galardonados, que por cierto, permitió el ingreso de dos distinguidos jugadores cubanos (Miñoso y Oliva) iréal pasado, pero esta vez, no como un ejercicio de absoluta nostalgia, sino con el propósito de entender el momento y las circunstancias en que se dio la génesis del mítico espacio que hasta nuestros días honra la memoria de los más distinguidos jugadores que hayan practicado el béisbol.

El Salón de la Fama del Béisbol fue inaugurado en 1939 en una pequeña población del estado de Nueva York llamada Cooperstown, constituyendo a nivel mundial el primer ejercicio de reconocmiento y tributo hacia las personas que habían practicado, participado, promovido o impulsado destacadamente un deporte profesional.

En el caso específico del béisbol, la decisión de edificar el hoy célebre edificio de ladrillo que también hace las veces de museo al recopilar, catalogar, atesorar y exhibirobjetos y reliquias en torno al juego de pelota, no se trató de una ocurrencia y menos aún derivó de un propósito turístico, mercadológico o de carácter inmobiliario, tan es así que esa localidad del estado de Nueva York hoy en día no lográ superar los 5 mil habitantes y fue seleccionada como sede del recinto más importante del béisbol en el mundo por ser precisamente el lugar donde la mayoría de los historiadores y estudiosos del béisbol norteamericano han afirmado que Abner Doubleday, un héroe de la Guerra Civil norteamericana inventó en 1839 el también denominado pasatiempo americano.

Es decir, que en parte fue la idea de conmemorar el centenario de la invención del béisbol lo que impulsó a un grupo de personas a honrar a los más distinguidos jugadores de béisbol. El concepto al que denominaron “salón de la fama” estuvo inspirado tanto en la mitolgía nórdica, comoen unainvención alemana a las que brevementeharé referencia. En la antigua mitología nórdica, Valhalla fue un enorme salónen Asgard donde los guerreros que habían sido asesinados en la batalla estaban destinados a bien morir. Ya en el Siglo XIX el Rey Ludwig I de Baviera sabedor de la leyenda determinó que fueran construidas dos salas, una en Ratisbona y otra en Munich conobjeto de albergar las placas y estatuas de importantes personas de origen germano y bávaroincluidos científicos, artistas y políticos. La segunda salaque fue concluida en 1853 en Munich llevó por nombre “Ruhmeshalle” cuya traducción literalno es otra que: Salón de la Fama.

Ese mecanismo para reconocer a personas que habían destacado en alguna actividad fue utilizada en los Estados Unidos a principios del pasado siglo XX; habiendo sidopuesta en práctica por algunas importantes y reconocidas Universidades norteamericanas que receraron en sus campus salas con objetos y fotografías que exaltaban la vida de catedráticos, escritores,inventores, científicos, artistas y soldados que habían egresado de sus aulas. Siendo ese ejercicio además de un reconocimiento asus aportaciones a la sociedad una forma muy inteligente de promover la calidad académica de quienes ingresaban y egresaban de esas casas de estudio y conocimiento.

Con esos antecedentes, al iniciar la década de los años treinta del siglo pasadoel empresario y filántropo Stephen C. Clark quien formaba parte de los herederos de la patente de la máquina de coser singer y que era nativo y residente de Cooperstown, fue quien tuvo la idea y los fondos para replicar en el mundo del béisbol esa clase de reconocimientos. Como resultado de su propuesta los dueños de los equipos profesionales de béisbol y el alto comsionado, eljuez Kenesaw Landis -que ya había devuelto al juego de pelota la credibilidad gracias a sus estrictas decisiones y el rigor que le caracterizaba- no tuvieron objeción para que viera la luz un proyecto de esa naturaleza, con la única salvedad de haber sugerido que un grupo de expertos del mundo del béisbol, pero ajenos a los equipos (la Asociación de Escritores de Béisbol de América)fueran los electores que año con año determinaran el ingreso de los jugadores; una práctica que con ciertos ajustes y modificacionesse conserva hasta nuestros días.

La noticia de la creación del recinto con objeto de rendir homenaje permanente al béisbol no sólo generó en forma inmediata gran entusiasmo y genuino interés en laafición, sino que provocó la necesidad de votar a inicios de 1936 a quienes habrían de integrar la primera generación de miembros del Salón de la Fama del Béisbol, aún sabiendoque el inmueble que habría de funcionar como sede tardaría algún tiempo en estar listo y en operaciones.

En esa primera oportunidad fueron electos cinco míticos e históricos jugadores: el implacable jardinero central de los Tigres de Detroit Ty Cobb, los lanzadores estelares e irrepetibles Walter Johnson yChristy Mathewson, el admirado parador en corto de los Piratas de Pittsburgh Honus Wagner y el entonces ídolo de la afición y recién retirado de los diamantes George Herman “Babe” Ruth. Un distinguido grupo cuyo quehaceren los diamantes pasó de la mera admiración deportiva y las estadísticasa formar parte de la cultura popular norteamericana al ser inmortalizados en placas de bronce y hierro en las que resaltabancual hérores de guerra sus nombres y rostros,quedando asentadas para la posteridad sus mayores logros deportivos. Una tradición que como bien sabemos, también permaneceintacta y vigente.

De regreso al presente y a los nuevos miembros que fueron electos y designados, cabe decir que existes dos grupos de expertos que también pueden promover candidaturas y elegir nuevos miembros se trata de los Comités de veteranos y de la eda dirada que este año determinaron en su mayoría los ingresos al recinto de los inmortales, entre ellos el de Bud Fowler que habiendo vivido la mayor parte de su vida en el siglo XIX,se le reconoce como sumayor aportación al juego de pelotael haber sido el primer jugador profesional del béisbol afromericano del que se tenga registro; Fowler que llegó a participar durante diez temporadas en equipos donde la gran mayoría jugadores eran de tez blanca, también brilló en las Ligas Negras con los Gigantes de Cuba, además de haber sido manager y directivo.

Buck O´Neil, de longeva carrera, merecidamente fue electo al Salón de la Fama del Béisbol. Fue un jugador de raza negra que brilló en las Ligas Negras como primera base de los Monarcas de Kansas City donde hizo equipo en alguna época con Jackie Robinsony que posteriormente tras el retiro también destacó como manager. Su participación en la MLB se dio inicialmente como scout, siendo uno de sus descubrimientos el también miembro del Salón de la Fama el jardinero izquierdo Lou Brock que fuera gran estrella de los Cardenales de San Luis, además de haber sido el primer afromericano en fungir como coach de un equipo de la MLB. lL carrera de O´Neil no se limitó a los campos de juego, pues además como directivo fue el mayor promotor para el establecimiento del Museo del béisbol de las Ligas Negras.

Otra adición por instancia del Cómite de veteranos lo es el elegante pitcher zurdo Jim Kaat que jugó a lo largo de cuatro décadas, mayormente para los Mellizos de Minnesota, pero quelogró ganar su único anillo de Serie Mundial con los Cardenales de San Luis en 1982, como más de 600 juegos como lanzador abridor en su haber y 4530 entradas lanzadas, signo inequívoco de durabilidad y resistencia, debo agregar que otras de las aportaciones al juego que dio Kaat es el haber convertido tras el retiro en uno de los mejores y más atinados analistas del juego de pelota habiendo trabajado las siguientes cuatro décadas de su vida para las cadenas de televisión más importantes de los Estados Unidos.

Otro nuevo miembro lo es ya el primera base de los Dodgers de Brooklyn y de Los Ángeles -ya que vivió en carne propia los años de la mudanza a California- Gil Hodges de quien puedo destacar su participación en 8 juegos de estrellas y los dos anillos de Serie Mundial que obtuvo como jugador (1955 y 1959), pero al que sin lugar a dudas el mundo del béisbol siempre habrá de recordar por el tercer anillo de Serie Mundial que consiguió como el manager y cerebro de los inolvidables y milagrosos Mets de 1969 que vencieron a lo favoritos Orioles de Baltimore en ese clásico de otoño. Una pandilla de locos y deseperados que obtuvo pese a todos los vaticinios y pronósticos la Serie Mundial.

Además de dos grandes jugadores oriundos de Cuba: Saturnino Orestes Armas Miñoso Arrieta, mejor conocido como Minnie Miñoso que brillara tanto en la Ligas Negras como con los Indios de Cleveland y las Medias Blancas de Chicago en la MLB siendo el primer jugador de raza negra latinoamericano en integrarse a un equipo de Ligas Mayores, un jugador que destacó por su poder ofensivo, como por su calidad defensiva y brazo al jugar tanto la tercera base, como el jardín izquierdo. Con más de mil carreras producidas y dos mil hits en el mejor béisbol del mundo, Miñoso que fue discípulo distinguido y predilecto del gran Martín Dihigo constituye para el béisbol latinoamericano el pelotero que abrió paso,hizo camino y dejó huellaen el mejor béisbol del mundo. Junto a él, también fue integrado al Salón de la Fama: Antonio Oliva Lopez Hernández Javique, conocido en el mundo del béisbol como Tony Oliva e ídolo de los Mellizos de Minnesota con los que jugó 15 temporadas y participó muchas más como coach, incluidas las temporadas en que lograron ganar la Serie Mundial (1987 y 1991). Fue Novato del año de la Liga Americana en 1964, tres veces campeón de bateo también de la Liga Americana y a lo largo de su carrera tuvo 8 participaciones en Juegos de Estrellas y un porcentaje de bateo de por vida supeior al .300 por esas y otras razonoes es Tony Olivauna leyenda viviente del béisbol.

Y finalmente David Ortiz, el único en llegar este año por la vía y método convencional de ser electo con el 75 por ciento de los votos de la prensa especializada y flamante poseedor de tres anillos de Serie Mundial (2004, 2007, 2013) elemento clave para poner fin a la llamada “Maldición del Bambino” fue quien a lo largo de su discurso de agradecimiento puso el tono alegre y poco solemne a la reunión al hablar tanto en inglés como en español. Sus diez apariciones en Juegos de Estrellas, sus 541 cuadrangulares y los más de 600 dobletes conectados a lo largo de su carreradejan muy en claro el poder ofensivo que lo distinguió en los diamantes, pero en su muy particular caso, no me cabe la menor duda que fue su efectividad yproducción ofensiva en la postemporada lo que inclinó la balanza en su favor para conseguir la inmortalidad, pues pocos, son muy pocos los beisbolistas que a la hora de la verdad y donde no hay mañana, ni segundas oportunidades han podido responder a lo largo de la historia del béisbol en la forma y términos que habitualmente lo hizo el pelotero dominicano.

Fue sin lugar a dudas de un día de fiesta para el béisbol y destacdamente para el latinoamericano por el ingreso de tres nuevos miembros; sin embargo, antes de concluir no puedo evitar comentarles algo que me sucedió mientras escuchaba el pasado domingo los discursos de agradecimiento de los nuevos miembros al Salón de la Fama o de los decendientes, familiares y amigos de quienes no tuvieron el privilegio de vivir en carne propia el homenaje al haber fallecido antes de ser electos, pues por extraño que parezcaa mi mente vino en forma espotánea un pensamiento: “somos nuestros actos” e instantaneamente me hizo sentir orgullo por los homenajeados y por otros miembros electos al Salón de la Fama con anterioridad que fungían como testigos de honor enla ceremonia (Bench, Carew, Smoltz, Molitor, Fingers, por tan sólo mencionar algunos de los que estaban presentes)y mi reflexión fue más allá de la alegría, me hizo también sentir respeto y admiración por los periodista y escritores con derecho a votar a quienes año tras año se habrá de considerarinmortales del juego, pues a principios del presente 2022 fueron capaces de mantener el nivel de excelencia del recinto al marginar y negarel reconocimiento y acceso a jugadores de la talla de Barry Bonds, Roger Clemens y Sammy Sosa, quienes, si bien es cierto, brillaron en los diamantes y nos dieron grandes emociones, pero quienes también fueron desleales y tramposos al tomar ventajas que estaban prohibidas y asumir caminos y decisiones que no les hacen merecedores de la inmortalidad y del reconocimiento pleno y nítido a sus carreras deportivas. 

No debemos jamás culpar a los electores de esa decisión, como erroneamente han hecho muchos aficionados pues Clemens, Bonds y Sosa recientemente,así como Palmeiro y McGwire en el pasado y el mismo Alex Rodríguez en el presente y a quién le esperan nueve años más de agonía en la boleta sin lograr el objetivo y muchos otros más que decieron apoyarse en la trampa, en la hormona del crecimiento, los anabólicos y los esteroirdes para ser productivos y eficientes deben estar plenamente concientes que de que fueron y son producto y resultadode sus actos y que por desolador que parezca las consecuencias de ello, los han alcanzado.

casallena@live.com.mx