Michael Jordan, un momento para la historia: de la NBA a la MLB

El legendario jugador de basquetbol y su fugaz paso por el Rey de los Deportes

Michael Jordan, un momento para la historia: de la NBA a la MLB

Michael Jordan es quizá la figura más importante de la historia del baloncesto mundial. El estadounidense es considerado como el mejor jugador de todos los tiempos, líder e icono de los Chicago Bulls y ganador de seis anillos. Todo un devorador de récords que también dio que hablar fuera de la pista. Tan único como especial en todos los sentidos, protagonizó uno de los cambios de vida más curiosos de la historia del deporte.

Y es que, en 1993, después de conseguir tres anillos de campeón de manera consecutiva y siendo el mejor de la NBA, decidió retirarse del mundo de la canasta. Alegaba que ya no podía con tanta presión, que no disfrutaba en la pista. A eso, cabe sumarle otros problemas de ámbito privado que le llevaron, por un tiempo, a abandonar la liga de baloncesto estadounidense. Pero lejos de dejar el deporte, decidió cambiar de disciplina.

Jordan, cuyas acciones tenían gran trascendencia mediática, sorprendió al anunciar que se pasaba al mundo del béisbol. De hecho, en 1994 firmó un contrato profesional con la franquicia de los Chicago White Sox, de la Major League Baseball. El motivo que esgrimió para justificar ese cambio de deporte es que se lo había prometido a su padre, recientemente fallecido. De hecho, todo quedaba en casa, pues el dueño de la franquicia era el mismo que el de los Chicago Bulls, el equipo histórico del mítico 23.

Este movimiento de Air Jordan no es único en la industria del deporte, aunque sí uno de los más sonados. Encontramos varios ejemplos. Cabe comentar movimientos como el campeón del mundo de atletismo Usain Bolt, que lo intentó en el mundo del fútbol con el Borussia Dortmund y el Central Coast Mariners; o Petr Cech, que pasó de defender la portería del Chelsea de la Premier League a la de Guildford Phoenix, de hockey hielo. Otro salto curioso, del deporte físico al mental, es el de Ramón Colillas, un futbolista de origen catalán que decidió llevar su pasión a las mesas de poker.

El paso del ‘23’ por el bate

El baloncestista dedicó dos años de su vida al béisbol. Formó parte del equipo de los Birmingham Barons, equipo afiliado de los White Sox. Llegó a disputar un total de 127 encuentros con un balance de 88 imparables, 46 carreras anotadas, tres jonrones y 30 bases robadas. También pasó uno de esos dos años por la Arizona Fall League, una competición donde se desarrollan aquellos que cuentan con poca experiencia. Allí defendió la camiseta de los Scottsdale Scorpions.

Con el paso de los años, Michael Jordan ha llegado a dar más detalles de ese cambio de vida. En su documental en Netflix confirmó que estaba entre la retirada definitiva y el paso al mundo del béisbol, y que fue su padre quien le ayudó a tomar la decisión antes de fallecer. Pese a las dificultades de un jugador no profesional, valoró muy positivamente su paso por el mundo del bate. Su rendimiento no era el que se espera de un buen jugador, como era de esperar, pero eso era lo de menos.

El propio jugador reconoció que el trato que recibió en la MLB le ayudó a superar la muerte de su padre. Llegaba como un icono mundial, pero lo trataron como uno más de la liga. Incluso su entorno más próximo, como su amigo George Koehler, destacó que le sirvió para desconectar de la familia y apoyarse en los compañeros de equipo. Una liberación que sirvió para volver más fuerte a la mediática NBA.

“He vuelto”: el regreso a la NBA

En 1995, la MLB estaba en huelga, y el mítico 23 decidió que ya se veía preparado para volver al baloncesto estadounidense. Con un comunicado en el que solo decía “I’m back”, “He vuelto” en inglés, anunciaba su regreso a la cancha de nuevo con los Chicago Bulls. Como curiosidad, mantuvo su dorsal con los Barons, el 45, pues el 23 ya había sido retirado en su honor. Tras una temporada de regreso y de adaptación a su rutina, volvió a hacer historia. En los tres siguientes años, volvieron a llevarse los anillos: el segundo “three-peat” ya era una realidad.