El uso de lodo en las pelotas de MLB, ¿en vías de extinción?

El periódico The New York Times publicó un reportaje de cómo los proveedores del lodo para tratar las pelotas están por desaparecer

Esa es la apariencia de una pelota tratada con el lodo. Foto: Especial

Editorial Séptima entrada

Uno de los elementos indispensables para que todos los pitchers que día a día lanzan en las Grandes Ligas y puedan desempeñar su trabajo de manera segura es una pelota correctamente tratada para el juego. Y para tratar cada esférica se les unta una mezcla especial de lodo que por décadas le dio vida a un trabajo que actualmente está en vías de extinción.

Todas y cada una de las esféricas que se utilizan en MLB tienen que pasar por un proceso de tratamiento antes de cada juego para poder ser utilizadas. Al llegar a los estadios las pelotas nuevas están impecables, limpias y empacadas en una bolsa individual pero es esa perfección la que provoca que todas ellas estén resbalosas y, con ello, no se puede tener un agarre perfecto... y si no existe un agarre perfecto no es seguro (ni para el lanzador ni para el bateador) que un pitcher la lance.

¿Cómo se le quita esa pureza a las pelotas para que puedan ser bien agarradas? Untándoles lodo.

El periódico The New York Times publicó un reportaje en el que presentan cómo uno de los trabajos poco conocidos en el beisbol está en vías de extinción: los encargados de proveer el barro para tratar a las pelotas que se usarán en cada juego.

¿CÓMO SE LE QUITABA LA PUREZA A LAS PELOTAS ANTES DE UTILIZAR LODO?

En los inicios se buscaba quitarle la pureza a cada una de las pelotas de distintas maneras, como untándoles tierra del infield o saliva con tabaco, frotándolas y tallándolas varias veces para facilitar el agarre, pero un día se encontró que utilizar lodo facilita el proceso y daña menos a las pelotas.

En 1938, Russell Blackburne, quien fue jugador y en ese momento era coach de los Philadelphia Athletics, escuchó a los umpires quejarse de lo difícil que era preparar las pelotas para cada juego, y de ahí se le ocurrió la idea de probar con lodo que encontró cerca de su casa en New Jersey, y encontró que si lo untaba le quitaba lo resbaloso a la pelota sin que perdiera su color blanco.

Poco tiempo después, su producto empezó a ser utilizado por equipos de MLB, sin estar seguros del lugar de procedencia del producto, empezaron a usarlo, tradición que sigue hasta estos días.

'Lena Blackburne Baseball Rubbing Mud' es el nombre que se lee en los envases donde se guarda el lodo que se utiliza en las pelotas de MLB, y la materia prima de ese lodo se obtiene en una zona de ríos en Nueva Jersey.

Ahí, un hombre retirado, con maquinaria especial, de tatuajes en los brazos, es el que recoge ese lodo de las orillas de esos ríos para después tratarla y embasarla.

Jim Bintliff es el dueño de la compañía que hace este producto, que según el reportaje del periódico estadunidense, todavía envía un cargamento al inicio de la temporada a MLB que lo reparte a todos los equipos, y una vez que cada escuadra necesita más, contactan directamente con el productor.

Pero aunque todavía está vigente la utilización de ese lodo, las Grandes Ligas han buscado otras alternativas para evitar algunas inconsistencias que se presentan al aplicar el producto, y buscando que sea equitativo para todos, incluso han trabajado con químicos e ingenieros para desarrollar una pelota que presente el agarre que se necesita.

Aun así, el reportaje menciona que se han hecho diversos estudios con técnicas distintas y que los resultados no han sido los esperados porque hay cambios notables que afectan a la pelota, situaciones que terminan siendo un factor a la hora de jugar, como que el sonido del bat golpeando la pelota no es el mismo o que la esférica se siente más suave.

Bintliff aseguró que no está preocupado de que lo lleguen a hacer a un lado. Aún vende grandes cantidades del lodo a los equipos de MLB y, con otro tipo de presentación, también lo hace a menudeo.

"Si dejan de ordenar, voy a estar más decepcionado por el fin de una tradición no por mi. Si no quieren el lodo, no tienen que comprarlo", explicó Bintliff en entrevista con The New York Times.