"Eso (la Juliomanía) sale sobrando": Julio Urías
El lanzador mexicano está viviendo un sueño pero no le obsesiona el que se haya convertido en un nuevo ídolo de los Dodgers y de los mexicanos
Rodrigo Rocha- ‘Ganador’ es una palabra que lo define, pero no es la única, ‘humilde’ es otra... y ahora también ‘campeón’. El lanzador que hizo el último pitcheo de la Serie Mundial del 2020 y selló el título de los Dodgers, el mexicano Julio Urías, tomó un momento de pausa después de un mes de octubre del 2020 muy agitado para hablar de lo que vivió y de la reacción que ha provocado en la afición de los Dodgers y en los mexicanos.
Reconoce que vive “algo muy bonito, un sueño hecho realidad. Estoy súper contento de estar en este momento”. Y aunque la pandemia le impidió a su papá, su mamá y sus hermanos acompañarlo en el Clásico de Otoño del año pasado, dice con orgullo: “soy muy apegado a mi familia”, y por ello lo vimos con teléfono celular en mano durante el festejo.
Alcanzar la corona fue grande para Julio y su familia pero también para México, que se volcó para apoyar las actuaciones de Víctor González y Julio Urías (Dodgers). Con su gran actuación en el Juego 4, Julio levantó cejas; con su soberbio relevo en el Juego 6, se ganó el corazón de todo su país… y de todos los aficionados angelinos.
Inicialmente, cuando se supo que Dodgers había firmado a un joven zurdo mexicano considerado una superestrella, la idea de que la efervescencia que se presentó cuando El Toro llegó al equipo en los años 80 iba a volver con una segunda “Fernandomanía”.
Ahora que esa estrella llamada Julio Urías ha mostrado de lo que es capaz, es justo preguntarse si ha nacido la “Juliomanía”.
Sin embargo, el mismo Julio lo toma con gran madurez y respeto hacia, tal vez, la figura más grande del beisbol mexicano: “Eso sale sobrando”, y dice tajante: “Fernando solo hay uno y Fernando siempre será Fernando. Si Dios me dio este campeonato, no quiere decir que yo soy igual o mejor o voy a ser más que él, no, simplemente son épocas, eras diferentes”, afirma, pero también apunta: “al ver que todo México me está apoyando y me está dando todas esas bendiciones, ni modo de decirles ‘no me las den’, obviamente las recibo (y las agradezco) de la mejor forma”.
¿CAMBIO DE ESTAFETA?
La humildad vuelve cuando Julio recuerda su momento más memorable de la SM: “fuera de celebrarlo con Víctor, que para mí es como un hermano, lo que se me va a quedar marcado fue el abrazo de Clayton Kershaw, un abrazo sincero de alguien que lo ha ganado todo y va a ser un Salón de la Fama; es algo que te dice ‘trabaja, que así vas a lograr muchas cosas’”.
A la hora de estar sobre la lomita, aseguró: “uno se acuerda de todo, del primer momento en que uno empezó a lanzar, el primer home run que uno pegó en Ligas Infantiles, del trabajo, de la operación que tuve (los primeros bullpen sin pasar de las 83 millas) y seguir trabajando para volver a las GL”.