El único juego perfecto en Serie Mundial de la historia
El 8 de octubre de 1956, Don Larsen se encargó de tirar esta joya en el Clásico de Otoño lanzando con los Yankees de Nueva York.
En el camino a colgar su banderín número 17, los New York Yankees protagonizaron una actuación que nadie ha sido capaz repetir en una Serie Mundial: Don Larsen tiró un juego perfecto en el tercer juego de 1956.
Yankees y Dodgers de Brooklyn estaban protagonizando una Serie Mundial sumamente intensa. Los Dodgers ganaron los dos primeros juegos, ambos en casa, pero los Yankees ganaron los siguientes cuatro encuentros para levantar el título. Aun así, antes de alcanzar la gloria, pasaron por un momento histórico el 8 de octubre.
Con la serie 2-2, el 8 de octubre de 1956, en el Yankee Stadium, los 'Bombarderos del Bronx' buscaban ponerse a un triunfo del título y mandaron al centro del diamante a Don Larsen. El pitcher derecho estaba en su cuarta temporada en Grandes Ligas, segunda con los Yanquis, y tuvo una marca de 11-5, con 3.26 de PCL.
El encuentro comenzó a la 1 de la tarde y Larsen y Sal Maglie se enfrascaron en un intenso duelo de lanzadores y colgaron el cero en los tres primeros innings. Larsen retiró en orden la parte alta de la cuarta tanda, pero en la parte baja, los Yankees tomaron ventaja de 1-0.
Esa delantera dio pie a una de las atrapadas más espectaculares que se han dado en el Clásico de Otoño, cuando en el quinto rollo Gil Hodges pegó la línea al jardín izquierdo-central al que Mickey Mantle llegó para atrapar, manteniendo el duelo inmaculado.
Después de eso, Larsen siguió sacando outs, uno tras otro, hasta llegar a la novena entrada, en la que se paró Dale Mitchell, quien bateaba para .312. En cuenta de 1-2, Larsen envió una recta con la que ponchó a Dale para terminar su acto de magia, en el que requirió de 97 pitcheos.
Posteriormente, Yogi Berra corrió y saltó para abrazarse con Larsen, una de las imágenes más especiales en la historia de la Serie Mundial. Séptima Entrada.