Las leyes que prohibían a Grandes Ligas jugar los domingos
A inicios del Siglo XX, las leyes clericales prohibían la realización de juegos de Grandes Ligas.
Infaliblemente, el domingo es el mejor día para el beisbol de las Grandes Ligas. Sin embargo, hubo un tiempo en el que, debido a las leyes, en la mayor parte de los Estados Unidos todas las actividades de entretenimiento u ocio estaban prohibidas, incluidas las jornadas de la MLB.
Las Blue Laws, en español llamadas Leyes Azules, fueron normas apegadas estrictamente al clero cristiano que predominaron en el país a principios del Siglo XX. Éstas se instauraron debido a que los ideales de dicha religión planteaban que el séptimo día de la semana era para rendir culto y descansar.
Los Red Sox fueron de los equipos que más se vieron limitados con dichas reglas. Los patirrojos no podían llevar a cabo sus juegos en Fenway Park, ya que se encontraba muy cerca de un templo religioso.
Al trabajar de lunes a sábado, la clase obrera pedía llevar a cabo juegos dominicales por ser el único día en el que podían asistir al parque, petición que fue escuchada en 1929, cuando a los Medias Rojas se les permitió jugar los domingos en el Braves Field, y hasta 1932, cuando se abolió la ley, se les permitió jugar por primera vez en casa el séptimo día de la semana en Fenway.
En 1917, tras hacer caso omiso a las normas, los managers de los Giants de Nueva York y Reds de Cincinnati, fueron arrestados por llevar a cabo un juego en el Polo Grounds de Manhattan. Dos años más tarde, las leyes cambiaron en la Gran Manzana y el deporte rey se pudo jugar sin restricción.
Fue en 1933 cuando la Suprema Corte de Pensilvania decidió dar autonomía a las jurisdicciones locales para que cada una de ellas decidiera sobre permitir o no llevar a cabo juegos de beisbol.
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